Domínico Nadal, NotiColombia Press
El mundo católico festeja por estos días el nacimiento de Jesús, supuestamente el hijo de Dios. Se toma ésta fecha como el momento para realizar y desear lo mejor de nosotros mismos a todos los demás. Expresiones de amor son comunes y los abrazos y besos dados son promesa de fraternidad.
Pero el cuento es que todos le pedimos al niño Dios lo que deseamos. Los niños reciben regalos -cuyos padres tienen plata para comprarlos-, más hay millones de niños que no reciben regalos. Recuerdo que en mi niñez había niños cuyos padres se las ingeniaban y hacían juguetes de madera hermosos, incluso en una ocasión ví una vaquita hecha de totumo.
Lo cierto es que el 25 todos los niños mostrábamos nuestros regalos, jugábamos con ellos y los compartíamos con los otros, nos los prestábamos. Hoy, ya en la adultez, siempre me acompaña la costumbre de pedirle al niño Dios. Yo no sé si es porque le pido muchísimas cosas o es que el niño Dios no se mete en esas cosas, pero después de los 12 años no me ha favorecido con ningún regalo.
Antes, de joven, le pedía que me trajera una muchacha bien bonita. Algo así como Susana Caldas, o como Shakira. Después entendí que en eso de las hembras, la cosa es complicada y quizá el niño Dios no se mete con ellas.Además, a las hembras hay que ”conseguírsela” a puro pulso, es decir, ahí funciona la labia. Claro que ahora dicen que uno es lo que la familia tenga en la billetera, eso dicen... y que entonces son ellas las que lo enamoran a uno...
Unos años después, ya entendido lo de las mujeres, entonces se me dió por pedirle al niño Dios algunas cosas menos difíciles. Siempre le pido, por ejemplo, que en Colombia haya PAZ. Y nada. No me llega el regalo. Quizá sea porque eso de la guerra es cosa del ”Diablo” y porque siempre en la presidencia de Colombia, y en el parlamento y en todo el estado, hay son unos bandidos que parecen ”diablitos”.
Yo permanezco remolón algunos días porque nunca me dan ese regalo. Lo pedí cuando Cesarín Gaviria, y nada. Ese diablillo era más maldito o quizá era que el ”Diablo” era el que lo mandaba. Cuando Samper -muy parecido a Papá Noel-, pensé: Ahora sí. Pero llegó el 24 y nada. Quizá fue porque Ernestico estuvo muy ocupado defendiéndose del ”Diablo” y de un diablillo llamado Andrés. Cuando por fin le tocó el turno a Andresito, dicen que ayudado por Marulanda, eso dicen, pensé ahora si, Andresito ha prometido a los colombianos la paz. Y vamos a ver y lo mismo. Andresito quiería era ganar tiempo para hacerle reingeniería a las fuerzas militares y por eso el ”Diablo” le entregó el Plan Colombia dizque para vencer a las FARC, derrotarlas.
Vean que tan diabólico es el Plan Colombia. Bueno, yo creo que todos lo saben. Tantos muertos. Tantos millones de dólares malgastados en la guerra. Tantos niños muertos por desnutrición. Tantos adultos asesinados, desaparecidos, ejecutados extrajudicialmente. Tantos niños muertos en los que llaman ”los paseos de la muerte” como si la muerte fuera un paseo. Tantos desplazados. Tanto sufrimiento.
Y parece que estamos olvidados de Dios. Por eso yo insisto en pedirle al niño Dios. Parecemos que estamos en manos del ”Diablo”. Sólo así se explica que el diablillo Uribhitler haya estado 2 períodos y todavía quiere un tercero. Claro que yo entiendo que el ”Diablo” quiera tenerlo ahí porque le dió la soberanía, o sea el permiso para hacer lo que le dé en gana y lo justifica diciéndole a Dios que es que los colombianos queremos. Y no ha habido manera de que Dios nos escuche.
Por eso yo confío en que como en los tiempos de David y Goliat, las FARC -nuestro David- vencerán de una u otra manera, y entonces, por fin, me darán mi regalo de niño Dios. Yo sé que el niño Dios y todos los santos apoyan a las FARC porque ellos, como yo, sabemos que las FARC son hombres y mujeres de paz.
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