Domínico Nadal, NotiColombia Press
A pesar de los esfuerzos del narco-paramilitar presidentico Uribhitler de esconder las cifras de sus violaciones de derechos humanos, y de amenazar a los defensores de éstos derechos para que no compilen las cifras, éstas cifras tercamente vuelven una y otra vez para mostrar el drama humanitario al que ha sido sometido el pueblo colombiano.
Y como ningún asesinato es un crimen perfecto, pues desde diferentes ángulos y fuentes salen a flote las cifras de violaciones de derechos humanos que horrorizan a los que las podemos leer. Las ejecuciones extrajudiciales es una de las prácticas comunes de los aparatos de represión del estado (fuerzas militares y policivas, organismos de seguridad, y el narco-paramilitarismo). Es tal la aberración que la ONU se movió ante el fenómeno criminal. Hoy sale -leer en NotiColombia Press- un informe que habla de 53 mil víctimas de la violencia política, entre los cuales están incluídos los 5.000 del genocidio de la Unión Patriótica.
Por su parte la senadora Gloria Inés Ramírez en el marco del día de los derechos humanos informaba al país que 500 mil colombianos han sido víctimas de desaparición forzada. Medio millón!
También ha registrado NotiColombia Press -leer en la página de NotiColombia Press- que 333 masacres fueron cometidas por el Bloque Norte de los Narco-Paramilitares, ”comandada” por ”Jorge 40” -alias Rodrigo Tovar Pupo-, estrechísimo amigo de Uuribhitler. Allende La Paz tiene en sus registros que desde 1986 hasta el 2006 se han producido en Colombia al menos 3.700 masacres.
Así los registros de las diferentes organizaciones de derechos humanos van publicando sus cifras y, por ejemplo, CODHES registra más de 4 millones de desplazados -niños y mujeres porque el hombre es víctima - cuántos son esos hombres asesinados?
Incontables. Imposible de calcular porque Uribhitler persigue a los que podrían hacer los registros. Y los persigue porque él cree que los muertos se pueden ocultar. Pero no. Ahí están los muertos que se niegan tercamente a ser olvidados. Ahí están exigiendo justicia. Que sus asesinos -materiales e intelectuales- respondan por sus crímenes.
(Quiero recomendarles un libro que se llama ”El guerrillero ciego” o ”Así no se mata a un hombre” -lo conozco con esos dos nombres-, del médico Hernando Vanegas, y especialmente el cuento llamado ”Un río lleno de cadáveres flotando” que retrata cabalmente la situación).
Vemos entonces que además de sus crímenes de narcotráfico, Uribhitler tendrá que responder por los crímenes cometidos en sus ocho años de usurpación del sillón de la Casa de Nariño. Los muertos nuestros son muertos vivos que caminan y andan en nuestra lucha. Ellos jamás serán olvidados porque Uribhitler, los muertos NO se pueden esconder.
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