Cuento de la Semana: El peón del imperio y su gira de la ignominia

Domínico Nadal, NotiColombia Press

Terminó la más rastrera gira emprendida por presidente colombiano alguno. Ni siquiera Turbay en su famoso periplo se vió tan arrodillado ante el imperio y apocado ante sus iguales. Es que el triste papel que está jugando Uribhitler lo tiene al límite de sus fuerzas, máxime cuando todo lo que hace choca con la resistencia de los pueblos.

Vimos a un Uribhitler con su cuento a cuestas, cuento que ya todos sabemos. Habló a los otros mandatarios con su hablado ladino paisa de la soberanía de Colombia y el derecho de tener bases extranjeras gringas en su territorio, como si la soberanía colombiana residiera nada más en él y no en el pueblo quien es quien la tiene en sus manos y acciones. Jamás un presidente tiene derecho a pisotear la soberanía nacional para alcanzar metas inalcanzables por sus propias fuerzas.

Habló Uribhitler con su acento paisa verdulero y traqueto de que las bases se circunscribirán a actuar en territorio colombiano, pero las declaraciones que dan los gringos dicen otra cosa. Si las bases son para ´combatir el narcotráfico y el terrorismo´, sabemos que ambos fenómenos capitalistas son de carácter internacional por la globalización de la economía, y los Estados Unidos nunca ha tenido preocupación de pisotear la soberanía nacional y el derecho de autodeterminación de los otros pueblos del mundo, sobre todo los más débiles, con tal de conseguir sus objetivos: riquezas naturales.

Mas a pesar de su habladito traqueto y sinuoso, Uribhitler no pudo conquistar a ninguno de los presidentes de la región. No le llegó ni al cerebro ni al corazón de ninguno de ellos. Porque ellos saben precisamente cómo las gasta el régimen colombiano, quien no tiene empacho en bombardear a Ecuador y justificar su proeza en el derecho de ´la legítima defensa´ y ´la persecución en caliente´. Se van cumpliendo los deseos de los halcones estadounidenses de convertir el Plan Colombia en el instrumento de agresión a los pueblos latinoamericanos.

Por otro lado, muy poco le ha durado la luna de ´miel´ del presidente gringo, Barack Obama, con el mundo, especialmente con los pueblos latinoamericanos. A nivel interno su nivel de aceptación -dicho por las famosas encuestas- ha bajado al 50%, y mientras latinoamérica está en ebullición y condena el golpe militar en Honduras, Obama prefiere irse una semana de vacaciones porque esos indios latinoamericanos no tienen ninguna importancia, y la cosa está a buen resguardo en las manos de quienes tienen el verdadero poder en USA, Hillary Clinton y los halcones del pentágono.

Halcones que nunca habían encontrado mejor ocasión que ésta. Un presidente, negro para más jodía, que hablará en tono reposado y desarmador y, por el otro lado, los halcones enviarán sus bombas y sus marines contra los pueblos que han osado creerse independientes. Hemos de recordar que las oligarquías de cada país no tienen patria, para ellas la patria es el dinero y si el imperio les promete pingües ganancias con él estarán, y al no tener patria les importa un chavo la soberanía de sus países.

Por ello, con cálculo definido, Uribhitler cree estarla jugando con el 100% de probabilidades y por ello se convierte en el ´indispensable´ que hace todo lo que los gringos quieren, y más, -el peón perfecto-, pero ha olvidado que la oligarquía tradicional, verdadera, tiene en sus filas por lo menos dos alfiles que jugarían mejor ese papel sin la carga de deudas narco-paramilitares que tiene Uribhitler y sin su desprestigio y aislamiento.

Los pueblos de latinoamérica deben prepararse para los tiempos que vienen. El pueblo colombiano debe fortalecer sus organizaciones de masas, sus sindicatos, sus organizaciones barriales, veredales, sus partidos políticos, el PDA, y lógicamente su insurgencia armada, las FARC y el ELN, para dar la batalla contra los trogloditas que han convertido a Colombia en una inmensa base militar de los gringos. No simporta el sacrificio porque entre más dura sea la batalla, más dulce será el triunfo.