Domínico Nadal, NotiColombia Press
La política se hace con hechos. No los ”hechos” corrompidos y delictuosos de Uribhitler y su ”camorra”, sino los hechos serios que realizan los que luchan políticamente con las armas en la mano. Me refiero naturalmente a las FARC-EP.
Esas acciones políticas-militares se dan de diferentes maneras. En acciones armadas que responden a objetivos políticos, y en acciones políticas que se derivan de las acciones armadas. Por ello es una verdad de Perogrullo que la acción armada de vencer al contrario y capturarlo, debe producir una posterior acción política.
Esto es lo que las FARC ha propuesto desde el 2000. Un Intercambio de Prisioneros. Una bandera para civilizar un poco el conflicto interno, el cual se ha degradado por cuenta de la oligarquía al aplicar su ”todo vale”, hasta el asesinato de la población civil desafecta del régimen narco-paramilitar.
Pero ésta propuesta ha caído en oídos sordos.La narco-para-oligarquía quiere a toda costa es vencer a las insurgentes FARC. Para ello ha contado con el apoyo del imperio estadounidense y sus millones de dólares. Desde 1964 con su Plan LASO hasta el Plan Colombia. A pesar de sus esfuerzas y de haber dilapidado millones de millones de dólares no han podido vencer a la insurgencia de las FARC.
En su análisis -pensamos nosotros desde nuestra orilla civil popular-, las FARC han contemplado la entrega unilateral de prisioneros en ésta nueva etapa -ya lo hizo en el pasado sin ninguna contraprestación, es decir, sin nada a cambio-, como un mecanismo de mostrar la seriedad de la organización insurgente y como forma de relievar los esfuerzos de algunos colombianos y extranjeros que día a día luchan por abrir la puerta de los diálogos civilizados ante un posición enfermiza de guerra total en Colombia, es decir, a sangre y fuego.
Las FARC hace ya unos años ha venido entregando algunos prisioneros en su poder y hoy está entregando los prisioneros de guerra militares, capturados y vencidos en combate. Éstos muchachos han sentido en carne propia los sufrimientos derivados de la guerra impuesta a los colombianos por la cobardía de los narco-para-oligarcas como Uribhitler, Santos y Valencia-Cossio, que esconden a sus hijos cuando están en edad de cumplir con el servicio miltiar obligatorio y sin embargo los pasean en los helicópteros artillados de las fuerzas militares para que sus conciencias vivan tranquilas al realizar los robos de los dineros estatales.
La propuesta de COLOMBIANAS Y COLOMBIANOS POR LA PAZ de realizar un Intercambio de Prisioneros de ”toma y daca” antes de terminar el ”gobierno” de Uribhitler es condicionado por éste en su respuesta. ”Sí, pero con tal que los guerrilleros no vuelvan a delinquir”. Es como si las FARC les exigiera a los militares prisioneros en su poder que una vez sean liberados tienen que retirarse de las fuerzas militares. Lo que para Uribhitler es delito, para las FARC es lucha transformadora y lo que para Uribhitler no es delito -cohecho, fraude electoral, narcoparamilitarismo, etc-, para las FARC sí lo es.
Hay que analizar con cabeza fría éste condicionamiento para en un futuro aplicarsélo a Uribhitler y su ”camorra”. Qué tal las FARC diciendo: ”Señor Uribhitler, lo liberamos pero usted no puede volver a delinquir”. Sería realmente un alivio para el país. Ese bandido no volverá a ”delinquir”. Cuántas vidas se salvarían? Cuántos delitos se dejarían de cometer? Oh, Oh...
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La política se hace con hechos. No los ”hechos” corrompidos y delictuosos de Uribhitler y su ”camorra”, sino los hechos serios que realizan los que luchan políticamente con las armas en la mano. Me refiero naturalmente a las FARC-EP.
Esas acciones políticas-militares se dan de diferentes maneras. En acciones armadas que responden a objetivos políticos, y en acciones políticas que se derivan de las acciones armadas. Por ello es una verdad de Perogrullo que la acción armada de vencer al contrario y capturarlo, debe producir una posterior acción política.
Esto es lo que las FARC ha propuesto desde el 2000. Un Intercambio de Prisioneros. Una bandera para civilizar un poco el conflicto interno, el cual se ha degradado por cuenta de la oligarquía al aplicar su ”todo vale”, hasta el asesinato de la población civil desafecta del régimen narco-paramilitar.
Pero ésta propuesta ha caído en oídos sordos.La narco-para-oligarquía quiere a toda costa es vencer a las insurgentes FARC. Para ello ha contado con el apoyo del imperio estadounidense y sus millones de dólares. Desde 1964 con su Plan LASO hasta el Plan Colombia. A pesar de sus esfuerzas y de haber dilapidado millones de millones de dólares no han podido vencer a la insurgencia de las FARC.
En su análisis -pensamos nosotros desde nuestra orilla civil popular-, las FARC han contemplado la entrega unilateral de prisioneros en ésta nueva etapa -ya lo hizo en el pasado sin ninguna contraprestación, es decir, sin nada a cambio-, como un mecanismo de mostrar la seriedad de la organización insurgente y como forma de relievar los esfuerzos de algunos colombianos y extranjeros que día a día luchan por abrir la puerta de los diálogos civilizados ante un posición enfermiza de guerra total en Colombia, es decir, a sangre y fuego.
Las FARC hace ya unos años ha venido entregando algunos prisioneros en su poder y hoy está entregando los prisioneros de guerra militares, capturados y vencidos en combate. Éstos muchachos han sentido en carne propia los sufrimientos derivados de la guerra impuesta a los colombianos por la cobardía de los narco-para-oligarcas como Uribhitler, Santos y Valencia-Cossio, que esconden a sus hijos cuando están en edad de cumplir con el servicio miltiar obligatorio y sin embargo los pasean en los helicópteros artillados de las fuerzas militares para que sus conciencias vivan tranquilas al realizar los robos de los dineros estatales.
La propuesta de COLOMBIANAS Y COLOMBIANOS POR LA PAZ de realizar un Intercambio de Prisioneros de ”toma y daca” antes de terminar el ”gobierno” de Uribhitler es condicionado por éste en su respuesta. ”Sí, pero con tal que los guerrilleros no vuelvan a delinquir”. Es como si las FARC les exigiera a los militares prisioneros en su poder que una vez sean liberados tienen que retirarse de las fuerzas militares. Lo que para Uribhitler es delito, para las FARC es lucha transformadora y lo que para Uribhitler no es delito -cohecho, fraude electoral, narcoparamilitarismo, etc-, para las FARC sí lo es.
Hay que analizar con cabeza fría éste condicionamiento para en un futuro aplicarsélo a Uribhitler y su ”camorra”. Qué tal las FARC diciendo: ”Señor Uribhitler, lo liberamos pero usted no puede volver a delinquir”. Sería realmente un alivio para el país. Ese bandido no volverá a ”delinquir”. Cuántas vidas se salvarían? Cuántos delitos se dejarían de cometer? Oh, Oh...